34 - EN LA GRAN MONGOLIA

Desaparecen de la vista las colinas a lo lejos. La gran muralla está cerca. Debemos caminar, son solo ciento veinte leguas hasta llegar a la gran Mongolia. La impaciente noche se abalanza sobre nuestras espaldas. Vemos el sol huir para dejar paso a una oscuridad atronadora. El terreno es pedregoso, las alimañas jadean por nuestra presencia, se acercan lentamente. Nuestras espadas claman sangre.