Es veinte de Mayo, mañana es mi cumpleaños, bah, mañana es la misma fecha artificial que el día en que nací, los mismos números. Y solo son números porque no se puede encasillar a la persona en una realidad estática y exacta en cuanto a su tiempo vivido. Un ejemplo claro es cuando se dice sobre alguien: “Tiene treinta y cinco pero parece de veinticinco”. Es claro, cada uno envejece de modo distinto y es un error clasificar seres humanos en números artificiales que solo sirven para la estadística. Ustedes dirán que las personas que detestan el día de su cumpleaños lo sentimos así porque somos vanidosos y nos entristecemos por el paso del tiempo. Esto en algunos casos puede ser así, pero aquí me refiero a los que no vemos con buenos ojos tal “fecha” debido a otros factores que no son precisamente vanidad.
Vaya la enumeración de los fundamentos:
1. Múltiples llamados telefónicos de personas a las que no vemos asiduamente o que solo son conocidas. En este caso pensamos: “¿Por qué no llamás otro día cualquiera para ver como estoy o para invitarme a algún lugar, en vez de hacerlo porque el calendario te lo indica?”.
2. ¿Por qué hay que festejar el cumpleaños? ¿Qué mérito tiene cumplir años? Mas vale hacer un festejo por haber obtenido un premio, haber logrado un objetivo o simplemente por tener ganas de festejar. El mismo día hay miles de personas que también cumplen años, uno no es nada especial, solo uno más entre miles de anónimos. No se justifica ser el centro de un festejo por el solo hecho de estar vivo un día que fue encasillado con los mismos números que el día que uno nació.
3. La ceremonia del apagado de velas con los “invitados” cantando el “Queloscumplas” es realmente ridícula.
4. ¿Porqué no nos regalan algo movidos por el solo afecto? ¿Hay que esperar la determinada fecha para expresar cariño mediante regalos?. Y esto no es un pedido de atención, sino un intento por acabar con la burocracia sentimental, que como toda burocracia, es fría y calculadora.
5. Es triste que uno tenga que traer gente a su casa, hacerles de comer e invitarles bebidas, ¡En homenaje a sí mismo!
6. Reaparición de personas ya perdidas (dejadas atrás) que, casualmente, revisando un almanaque, recordaron que existíamos.
7. Obligación de estar feliz y sentirse en un día especial. Por eso se dice “cara de feliz cumpleaños”
Salvedades:
A todo lo escrito debo agregar, que respeto a quienes no coincidan con estas líneas y participen de la tradición de festejar su cumpleaños. Lo escrito cabe solo a mi persona y a los que se sientan identificados, no es una critica. Entendemos que los fundamentalistas del almanaque lo ven como un homenaje o recordatorio de su llegada al mundo y nos parece perfecto.
Es innegable que lo que nosotros detestamos atravesar, es el día de nuestro propio cumpleaños, pero disfrutamos por demás los cumpleaños ajenos y nos sentimos bien asistiendo a la fiesta de alguien que participa de tal ideología. Nadie dijo que los que festejan o le dan importancia a tal fecha están errados.
Y no los criticamos porque entendemos que cada cual es dueño de su propio mundo. Entonces, no nos obliguen a participar del suyo.
Obviamente que seremos acusados de “amargos” “aburridos” “raros” y todo apelativo sin sentido que anda por ahí. Ya que lo que no se entiende es tomado por feo, gracioso o loco. Que mundo de porquería donde no se respeta los pensamientos ajenos y donde todo debe ser mecánico y nadie debe salirse de lo “común”.
No significa esto que ante cada persona que llama para saludar, uno está detestándola por dentro. Nada más lejano. El tema es que no nos gusta estar obligados a estar felices y a organizar un festejo, solo eso.
Hasta, quien sabe, algún día se nos dé por festejar nuestro cumpleaños, y estaremos en lo cierto, porque lo haremos por propio deseo y no por una imposición.
Amigos y hermanos, manejemos por nosotros mismos nuestras ganas de hacer una fiesta. No esperemos a que un block de hojas pegadas con un imán en la heladera nos diga cuando debemos ser felices.
En el fondo... ¡Aguante los cumpleaños!. Esos que se esperan todo el año, cuando uno puede ver a gente que no ve tan seguido. y que, a través del tiempo, se van poblando de hijitos de los amigos correteando. Aparecen y desaparecen parejitas y la gente es feliz.
Que buenos que están los cumpleaños. Ajenos, claro está.
Che, ¿No sabés cuando hay algún cumpleaños?. ¡Inviten loco!.