El tema a tratar aquí es el siguiente: Cuando se pronuncian estas dos frases: “Acá nadie es más que nadie” y “No soy tal cosa, ni mucho menos”.
En el caso de “Acá nadie es más que nadie” ¿A qué nos referimos al pronunciar esta frase? ¿A que nadie es más que sí mismo?. Lo que sucede es que cuando se menciona a “nadie”, no nos referimos a ninguna persona, por lo tanto es obvio que nadie no posee inteligencia ya que nadie no tiene existencia (solo en el mundo de las palabras). También suele utilizarse la expresión: “No sos nadie” pero claramente las palabras “Sos” y “nadie” son contradictorias. “Nadie” sería como una especie de “No existir”. ¿O es que existen dos “Nadie”?. ¿Uno es más que el otro?. ¿Y cuando se dice: “eres un don nadie”?. Es como si uno fuera un don de nada, como si no tuviera dones, como si no tuviera nada para ofrecer, un solitario, sin fama ni fortuna un don “nadie”.
En el caso de la frase: “No soy tal cosa, ni mucho menos”, nos sentimos encolerizados al escuchar esta frase. Pensamos que es nuestra frase hecha mas detestada. Las personas no meditan un instante al lanzarla. Indignación. Las personas que pronuncian esta frase no se dan cuenta que lanzan una incoherencia sin sentido alguno. Es una frase fina. Pero no por su finura estética, sino porque no marca una idea de dos cosas muy lejanas. Pensamos que es casi decir “soy lo mismo”. Expresaremos una mejor explicación en el siguiente ejemplo.
En el caso de que la “tal cosa” que no es uno ni mucho menos, fuera, “ser como alguien”, se dice “Yo no soy como Orlando, ni mucho menos”. Entonces se está diciendo que es casi como esa persona. No es el, pero tampoco es mucho menos, o sea, es casi como Orlando. Hasta aquí no hay nada que objetarle a la frase en sí. Lo que sí se debe objetar y es lo que más nos indigna al escucharla, es que las personas la emplean en un sentido de querer decir que están muy alejados de esa persona, pero lo que dicen es que son “por poco” esa persona, que son, “casi” esa persona. No obtienen su objetivo y ni lo notan, se quieren separar de esa persona y terminan siendo casi la misma cosa.
El beneficio que tienen los que pronuncian tal error, es que los que oyen, tampoco lo notan y así lo sobrellevan con impunidad.