Hector Mosquera Montañe, obnubilado ante la sagrada presencia de Marx y Engels, dijo: “Yo no entiendo más nada. Uno pide mayonesa de ave y le traen Vitel Tonne”. Ambos doctrinarios desembarcaron en la zona del puerto de Mar del Plata “a por unas buenas cazuelas y limonosas rabas”. Las coristas de Cat´s deliran cuando Marx y Engels cruzan la puerta de entrada “a por Luli y Melina”. El padre Grassi les pidió asesoramiento en el tema “revolución de hormonas” y Marx y Engels contestaron con más “recetas de doña Petrona”. Beatriz Olave les arregló dos conciertos en cancha de Belgrano (en Alberdi, no en el Chateau), a cambio de “vinachos tristes de punas interminables”. Una vieja les tiró las cartas en Villa Soldati y les salió que ganarían el Loto 5, pero a compartir el premio con otras trescientas personas. Cruzaron la Nueve de Julio en bolas al grito de “das kapital, das kapital”, hasta que fueron detenidos por sendas milicas “grande de muzza en mano”. Y la cacatúa de Baretta toma whisky del más carolo con Marx y Engels gritando a su lado: “Las pastas de la nona not dead”, como quien no quiere la cosa, nuestros héroes toman Ruta 20 para esquivar el primer peaje en Maipú