Hablemos de los colores: ni el más estudioso de los estudiosos, cuya inteligencia supere al común de las personas que habitan el mundo, sabe con exactitud todos y cada uno de los colores existentes; entonces escribir sobre el tema sería amplísimo e inevitablemente se llegaría a la redacción de un gran libro, con una cantidad preocupante de hojas y teorías. ¡Pero que cosa más aburrida que leer algo sobre los colores!, más si es un libro enorme; por esto, el estudio y transcripción del tema de los colores, en este momento, se encuentra viajando sin retorno al cesto de residuos, que agradece complaciente. Los colores se miran, no se leen.
Entonces hablemos de la letra “A”; la primera del abecedario; está incorporada en millones de palabras y convinaciones de ellas, tiene forma como de pozo petrolero; se encuentra en la mitad de las palabras, en el principio, y en el final y en todos los idiomas; gran fama la de este histórico personaje en la historia del universo. Por ejemplo la palabra “asesinato”, “amor”, “asesinato por amor”, como el ocurrido en Gerencia Place, Estado de Cereales, Colombia. La señorita Raque Orbitales de Melo había llegado hacía pocos meses de su Brasil natal; instalada en su confortable casa de la playa, disfrutaba de la compañía de su amigo y compañero de trabajo, Felpo Smith, charlaban amistosamente sobre temas concernientes a su empleo, cuando de repente, la puerta se abrió violentamente e irrumpió en la sala, Teo, el marido de Raque, con un arma en su mano y la mirada cargada de odio profundo; sin pronunciar palabra alguna, disparó a mansalva, hasta acabar completamente el cargador sobre la humanidad de su esposa y el supuesto amante. Ambos murieron instantáneamente; luego de ello, un asustado Teo, tomó el teléfono y dio aviso a la policía local. En menos de tres minutos se aproximaron a la escena del crimen, inmediatamente esposaron a un tembloroso Teo y lo condujeron al recinto policial, no sin antes leerle sus derechos civiles y acusarlo de doble homicidio premeditado.
Al otro día, en el cuartel de policía, un grupo de detectives procedió al interrogatorio del único sospechoso, un mal dormido Teo; al escuchar las preguntas sobre el porqué del brutal crimen; un hambriento y desganado Teo, se limitó a responder que ellos eran amantes y que lo suyo había sido un crimen por amor (obra de arte lo llamaban los antiguos Criptios Egeos de Macedonia). Solo el amor que sentía por Raque lo había impulsado a tan drástica decisión. Esa mañana, al llegar a su escritorio, encontró en un cajón, un sobre con su nombre escrito y, sin dudarlo, lo abrió y leyó; inmediatamente, tomó la pistola para emergencias del consorcio horizontal donde trabajaba; se dirigió a su casa y pasó lo que todos saben.
Luego de seis días de detenido, un sucio y barbudo Teo; llegó hasta el cuartel policial, Novelo Gómez Bidart Campos Solano Pereyras, un compañero laboral de un sorprendido y meditabundo Teo, con la intención de aclarar todo lo acontecido en aquella tarde de furia y decisiones violentas, aunque apasionadas; aclaró que él había sido quien puso el sobre en el escritorio de un tornándose tenso y nuevamente violento Teo, y que todo se trataba de una broma en una tarde aburrida de trabajo, agregó que Raque y Felpo no eran amantes; es más, dijo que ni siquiera los conocía. A todo esto, un ya totalmente neurótico y rabioso Teo, se limitaba a detener sus deseos de matar.
Todo esto nos sirve para comprobar que la influencia de la letra “A” en la vida de algunas personas puede ser fatal, aunque esta no se encuentre en la palabra “impulso”, pero es primera en “amor”.
Se los garantiza, un presidiario y resignado Teo.
Si se dice presidiario, se está hablando de falta de libertad, cosa que es muy poco agradable y en algunos casos insoportablemente merecida y hasta eterna.
Libertad se llama un barrio situado en las afueras de Texanis, baja California; allí reside la familia Sovini, compuesta por Richard, Mary, el pequeño Tim y Melanie, la oveja negra del grupo. Grupo amistoso y sociable en demasía los Sovini.
En realidad, la vida de esta familia, es más aburrida que hablar de los colores; por lo tanto obviémoslos.