Un secreto debelado en esta época fue él porque de las moscas aterrizando una y otra vez sobre nuestro cuerpo, pese a ser continuamente espantadas con manotazos, trapazos o paletazos.
A la conclusión que se llegó, luego de años de estudio, fue a que las moscas están enamoradas de los seres humanos y poseen un sentido masoquista nunca antes conocido, al extremo de morir por nuestro amor.
El científico mosquense Robert Ripert, utilizando un super microscopio, descubrió a una mosca besando a una persona apasionadamente.
Estas amigas voladoras, tienen como objetivo principal el de ingresar al interior de un ser humano, sea mujer u hombre, para acompañarlo para toda la vida, aunque esto le cueste la muerte. Debido a estos deseos de una mente atormentada y zumbadora es que las moscas se encuentran continuamente cerca de la comida.